sábado, 3 de enero de 2015

Año nuevo

El ambiente está tan cargado que necesitas tomar el aire. Así que te cubres con la sábana y te diriges hacia la ventana al mismo tiempo que enciendes un cigarro. La ventana, abierta de par en par, te permite sentarte en el alfeizar y disfrutar de las vistas. Al fondo supones que está el océano, oculto tras el manto de la noche, y los reflejos de la luna ondean en la superficie, como un destello fantasmagórico del universo. Las palmeras, aunque te parecen de mentira, de plástico, le dan un toque exótico al paisaje.
                Alicia se acerca a ti, desnuda, tan sólo con unas botas de piel estilo cowboy, y te ofrece un vaso de JB con hielo. Ella huele a sexo y parece bastante ebria. Después caes en la cuenta de que tú también estás borracho e intentas hacer una lista mental de todo lo que has bebido y tomado esta noche. Pero desistes pues tu cerebro está en otro lugar y tampoco es el momento.
                -¿Estás mejor? –te pregunta la chica dulcemente, y descubres un cierto acento del sur.
                -Sí. Sólo me he mareado un poco.
                Cuando Alicia te quita el cigarro de la boca para darle unas caladas, te sientes como arrastrado hacia el pasado, en un viaje a través del tiempo, hasta esta misma tarde, cuando Ángel se preparaba unas líneas de cocaína sobre el mueble bar de tu habitación y tú pasabas el rato sentado en el sofá con los pies sobre la mesita de cristal y siguiendo, despreocupado, un programa de La ruleta de la fortuna. Un concursante ha ido diciendo las siguientes letras y ha acertado todas hasta resolver el panel: “La S de Susana; la Q de Quiero; la H de Hacerte; la V de Vibrar”. Y luego has colocado las palabras seguidas y te has dado cuenta de que había un mensaje oculto.
                Una ráfaga de aire fresco que se cuela por la ventana te congela el sudor que resbala por tu espalda y te produce un escalofrío.
                -¿Te encuentras bien, Bruno? –te pregunta Alicia.
                -No sé.
                Intentas dar un sorbo del whisky pero una arcada te lo impide.
            Luego, para que tu estómago se asiente, has intentado pensar en otra cosa y has recordado el momento en el que  has conocido a Alicia, hace tan sólo unas horas, en una pub del paseo marítimo y ella te ha definido como “el madurito”. “Quiero irme con el madurito” ha dicho para ser exactos. Después has intentado hacer un cálculo mental de la edad de Alicia y crees que ella puede ser bastante joven, pero no estás de acuerdo con que tú seas “un madurito”. Pero no te importa demasiado porque ella te ha elegido a ti, y no a Ángel, y habéis venido a la habitación de tu hotel en un taxi, te ha invitado a cocaína y te ha hecho bastantes guarrerías en la cama, y en el cuarto de baño, y sobre la alfombra de pelo violeta junto al mueble bar, y luego de nuevo en la cama.
                -¿Eres Bruno Bravo, verdad? –La chica sigue fumando de tu cigarro y te reconoce-. El tipo de la tele.
                Te aclaras la garganta e intentas aparentar sobriedad.
           -No –dices, y tomas aire-. Mucha gente me confunde con él. Yo me llamo Nicolás. Nicolás Sarkozy.
                -Creo recordar que me has dicho que te llamabas Bruno…
                -Creo que has bebido demasiado –respondes para salir del atolladero y miras con ojos ansiosos el cigarro que Alicia se lleva con dos dedos a los labios. Unos labios muy sexys, por cierto. Y bajas la mirada hacia los pechos desnudos de la chica, y te mareas.
                Amanece mientras fumáis mariguana desnudos en la cama. No sabes cuánto tiempo ha pasado, pero sabes reconocer las cosas buenas de la vida. Llamas a tu madre y la felicitas el año nuevo. Luego llamas a Rebeca y preguntas por los niños. Luego, Alicia te la chupa mientras tarareas 24 Hours de Sky Ferreira. Luego llamas a Ángel y le pides perdón. Te quedas sin batería justo en el momento en el que te corres y una brisa oceánica entra por la terraza agitando con suavidad las blancas cortinas. Alicia, con restos de semen en sus labios, te besa en la boca y dice: Feliz año nuevo, Nicolás Sarkozy.